La Vida es la aventura de la conciencia , es también el juego de la dualidad , el sueño de la ilusión y la existencia finalmente fugaz y pasajera . No muchas personas sobrepasan los cien años y no muchas mentes alcanzan grandes comprensiones.
La vida atravieza experiencias de misterios, de confusión , y de pérdida. El egoísmo cultiva la vanidad y soberbía , sobre todo al materialismo puro.
El hombre espiritual vive en el mundo pero no es del mundo , más bien por el contrario prevale en su interior el convencimiento de una existencia superior . Tal ciencia y conocimiento no nació del hombre por el hombre , nació del poder de Dios que lo brinda por amor al hombre. Siendo éste , capaz de establecerse y desarrollarse a traves del don de Discernimiento superior, que hace posible el inegoismo en el servicio espiritual. Y lo potencia en la forma más plena que es el milagro ( Conversión).
El Discernimiento espiritual nos hace ser manantial viva de Paz y Armonía, nada hay entonces que nos limite, que nos encierre , que nos cautive, y que nos posea.
Hay que mirar más allá de lo superficial o del egoismo , ya que el don espiritual nos ha revelado la existencia sin tiempo , la vida sin dependencia , la conciencia serena , al alma enamorada , al espíritu del Amor ( Dios mismo).
En consecuencia , el don espiritual protege el área más frágil de la vida , la idea, el criterio,la razón , porque comunmente el hombre es sujeto de su espacio , de su criterio, de su poder de ambición , pero no de un saber perdurable .
El primer paso al encuentro de la vivencia espiritual no está en la mente pero si en el corazón , ya que sí éste se mantuviese alerta, descubriría ya desde antes que hay dos caminos en la vida , el materialismo por el materialismo y el mundo como una plataforma, como una escalera para el encuentro con la verdad , para un saber que no cambia y un vivir permanente donde el discernimiento espiritual se llama Devoción ,causa y motivo de la santidad . Siendo éste el camino , el principio activo del don de discernimiento.
Autor de pintura y escrito: Oscar Basurto Carbonell
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